Ya ha empezado el juicio entre Apple y Samsung. Los dos gigantes tecnológicos llegaron el lunes a los tribunales, después de reiteradas demandas durante más de un año en una de las luchas mundiales de patentes más importantes de los últimos tiempos.
Poniéndonos en antecedentes, Apple demandó a Samsung el año pasado, alegando que los teléfonos inteligentes y las tablets Galaxy copiaron deliberadamente a IPhone y IPad. En ese momento empezó toda la serie de demandas y contrademandas en diferentes países que van a encontrar su desenlace en este juicio final.
El escenario es una corte federal de San José, California, y hay mucho en juego por las dos partes. La posición de Apple es clara: la compañía intentará demostrar que Samsung violó los derechos de propiedad intelectual de la firma de Steve Jobs para competir contra IPhone y IPad. Por su parte, Samsung denuncia que lo que Apple pretende es eliminar a la competencia, en un monopolio tecnológico que acaba con la innovación y limita la elección de los consumidores. Durante el juicio, Samsung también ha declarado que el IPhone fue un elemento “inspirador” para sus productos, pero que el diseño de móvil rectangular con bordes redondos se inventó antes que el IPhone.
Entre Apple y Samsung suman más de la mitad del mercado de tablets y teléfonos inteligentes. Las ventas de Samsung subieron como la espuma cuando la marca lanzó al mercado sus teléfonos inteligentes, entre los que se encuentra el famoso Samsung Galaxy III, y en la actualidad es el principal fabricante mundial de este tipo de dispositivos. Ambas compañías cerraron el último trimestre con amplias ventas: Samsung se acercó a los 50 millones de teléfonos inteligentes mientras que Apple vendió 26 millones de IPhones, por debajo de los 28 esperados, cifra que hizo caer la empresa en Bolsa.
Se espera que el juicio concluya a finales de agosto. La decisión final podría cambiar el mercado actual de teléfonos y tablets, ya que Samsung se enfrenta a una posible prohibición de las ventas de algunos de sus productos en los Estados Unidos. Por su parte, Apple busca una compensación de un mínimo de 2.530 millones de dólares en concepto de daños y prejuicios por el proceso judicial.